Por Julio Fumero
Asunción, 19 oct (PL) Más allá de las llamas ya extinguidas, el humo aún flotando y las pérdidas materiales millonarias, afloran hoy las malas condiciones bajo las cuales funcionaba el incendiado Mercado de Abasto capitalino y se habla hasta de corrupción.
Asunción, 19 oct (PL) Más allá de las llamas ya extinguidas, el humo aún flotando y las pérdidas materiales millonarias, afloran hoy las malas condiciones bajo las cuales funcionaba el incendiado Mercado de Abasto capitalino y se habla hasta de corrupción.
Solo cenizas quedan en uno de sus bloques, donde estalló el domingo el siniestro, y todavía no se sabe a ciencia cierta si fueron 300 o 350 los comerciantes que quedaron sin una sola de las mercancías almacenadas en sus puestos de venta.
Dicen que aquello era una bomba de tiempo a punto de detonar, como también lo son otras instalaciones, sobre todo el populoso Mercado 4, donde la aglomeración de locales y las pocas condiciones de seguridad las hacen un peligro latente.
En el caso del Abasto, inaugurado el 20 de octubre de 1981, es el más importante establecimiento mayorista especializado en la comercialización de frutas, verduras, cereales, carne, condimentos y otros productos alimenticios.
Tras la tragedia, que afortunadamente no causó víctimas, las culpas recaen en la Municipalidad de Asunción, de la cual depende el mercado, al acusarla de desidia ante numerosas quejas y alertas acerca del riesgo potencial.
Señalan los críticos que el alcalde, Mario Ferreiro, hace rato viene prometiendo el mejoramiento de las construcciones, calles del entramado y el contexto en general, pero nada se concreta. Ahora, Ferreiro afirmó que los trabajos se acometerán el próximo año, pero ya nadie lo cree, a dos décadas de haber ocurrido una gran deflagración en el mismo sitio.
Hasta la fecha todo apunta al lamentable estado de las instalaciones eléctricas del bloque en cuestión, según afirman los propios bomberos y lo corroboran los comerciantes del lugar, porque no se ajustan a las normas establecidas, sea de la entidad de energía, como a las constructivas y de la misma Municipalidad.
Los primeros de ellos explican por esa causa el cortocircuito que provocó el incendio, de acuerdo con sus evaluaciones.
Y como dice un columnista en el diario Última Hora, ese incumplimiento (de normas) se explica solamente por la corrupción, pues 'los administradores del Abasto reciben coimas para permitir la violación de las normas. Para no vigilar su complimiento'.
La Junta Municipal de Asunción aprobó la declaración de emergencia para el mercado, con el objetivo de ayudar a los comerciantes a reponer sus puestos y acelerar la reconstrucción.
Al propio tiempo, el gobierno, a través del Banco Nacional de Fomento, puso a disposición de los afectados un crédito de emergencia, consistente en una línea de préstamos al nueve por ciento de interés, con un año de gracia y hasta cinco de plazo.
Consultado por Prensa Latina, el director de Área Social del Abasto, Iván Allende, explicó que la capacidad original del bloque incendiado era para unos 200 puestos, pero la ocupación fue en aumento hasta superar las 300.
Acerca del daño estructural, Allende se remitió a evaluaciones de los bomberos, que lo calificaron de profundo, en un 90 por ciento, por tantas horas de exposición a altas temperaturas, pero serán los peritos quienes dirán la última palabra.
Menos de 24 horas después de controladas las llamas quienes sufrieron la pérdida de mercaderías, utensilios, electrodomésticos y locales estuvieron de regreso al lugar.
Dentro del bloque siniestrado buscaban infructuosamente algo que se hubiera salvado, pero todo era pavesa.
Pese a la angustia y los lamentos por el desastre no se dan por vencidos, y al día siguiente ya volvieron a montar sus tinglados en las afueras, esta vez bajo carpas proporcionadas por la Secretaría de Emergencia Nacional.
Sin embargo, los clientes fueron escasos, muy escasos, y ello llevó a la Municipalidad a lanzar la campaña El Abasto te necesita, un llamado a la ciudadanía para ir a comprar en la populosa instalación.
Y una bonita cruzada también fue iniciada, esa por parte de organizaciones de protección a los animales, pues los bomberos sacaron en medio de las llamaradas a decenas de gatos de los que pululan en este tipo de centros donde tienen su único hogar.
Muchos de esos no sobrevivieron, pero unos 30 lo lograron y permanecen internados en diferentes clínicas veterinarias o en casas de los propios rescatistas.
Las agrupaciones instan a donar alimentos para la manutención de los felinos, e incluso a adoptarlos como mascotas.
agp/jf/cvl
Dicen que aquello era una bomba de tiempo a punto de detonar, como también lo son otras instalaciones, sobre todo el populoso Mercado 4, donde la aglomeración de locales y las pocas condiciones de seguridad las hacen un peligro latente.
En el caso del Abasto, inaugurado el 20 de octubre de 1981, es el más importante establecimiento mayorista especializado en la comercialización de frutas, verduras, cereales, carne, condimentos y otros productos alimenticios.
Tras la tragedia, que afortunadamente no causó víctimas, las culpas recaen en la Municipalidad de Asunción, de la cual depende el mercado, al acusarla de desidia ante numerosas quejas y alertas acerca del riesgo potencial.
Señalan los críticos que el alcalde, Mario Ferreiro, hace rato viene prometiendo el mejoramiento de las construcciones, calles del entramado y el contexto en general, pero nada se concreta. Ahora, Ferreiro afirmó que los trabajos se acometerán el próximo año, pero ya nadie lo cree, a dos décadas de haber ocurrido una gran deflagración en el mismo sitio.
Hasta la fecha todo apunta al lamentable estado de las instalaciones eléctricas del bloque en cuestión, según afirman los propios bomberos y lo corroboran los comerciantes del lugar, porque no se ajustan a las normas establecidas, sea de la entidad de energía, como a las constructivas y de la misma Municipalidad.
Los primeros de ellos explican por esa causa el cortocircuito que provocó el incendio, de acuerdo con sus evaluaciones.
Y como dice un columnista en el diario Última Hora, ese incumplimiento (de normas) se explica solamente por la corrupción, pues 'los administradores del Abasto reciben coimas para permitir la violación de las normas. Para no vigilar su complimiento'.
La Junta Municipal de Asunción aprobó la declaración de emergencia para el mercado, con el objetivo de ayudar a los comerciantes a reponer sus puestos y acelerar la reconstrucción.
Al propio tiempo, el gobierno, a través del Banco Nacional de Fomento, puso a disposición de los afectados un crédito de emergencia, consistente en una línea de préstamos al nueve por ciento de interés, con un año de gracia y hasta cinco de plazo.
Consultado por Prensa Latina, el director de Área Social del Abasto, Iván Allende, explicó que la capacidad original del bloque incendiado era para unos 200 puestos, pero la ocupación fue en aumento hasta superar las 300.
Acerca del daño estructural, Allende se remitió a evaluaciones de los bomberos, que lo calificaron de profundo, en un 90 por ciento, por tantas horas de exposición a altas temperaturas, pero serán los peritos quienes dirán la última palabra.
Menos de 24 horas después de controladas las llamas quienes sufrieron la pérdida de mercaderías, utensilios, electrodomésticos y locales estuvieron de regreso al lugar.
Dentro del bloque siniestrado buscaban infructuosamente algo que se hubiera salvado, pero todo era pavesa.
Pese a la angustia y los lamentos por el desastre no se dan por vencidos, y al día siguiente ya volvieron a montar sus tinglados en las afueras, esta vez bajo carpas proporcionadas por la Secretaría de Emergencia Nacional.
Sin embargo, los clientes fueron escasos, muy escasos, y ello llevó a la Municipalidad a lanzar la campaña El Abasto te necesita, un llamado a la ciudadanía para ir a comprar en la populosa instalación.
Y una bonita cruzada también fue iniciada, esa por parte de organizaciones de protección a los animales, pues los bomberos sacaron en medio de las llamaradas a decenas de gatos de los que pululan en este tipo de centros donde tienen su único hogar.
Muchos de esos no sobrevivieron, pero unos 30 lo lograron y permanecen internados en diferentes clínicas veterinarias o en casas de los propios rescatistas.
Las agrupaciones instan a donar alimentos para la manutención de los felinos, e incluso a adoptarlos como mascotas.
agp/jf/cvl
http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=124908&SEO=un-riesgo-hecho-realidad-el-incendio-en-mercado-paraguayo
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